Archivo de Mayo de 2010

La magia de las palabras: Celestina habla

Lunes, 31 de Mayo de 2010

Hace un tiempo publicábamos en el blog un relato de una lectora de los Talleres de lectura de la Biblioteca Municipal de Peñaranda. Ahora, llega el turno de Jesús Plaza López, participante a su vez de un Taller de lectura. Todo empezó con su “queja” : ¡Cómo era posible la suerte de Celestina en El manuscrito de piedra!. Desde la Biblioteca se le lanzó el reto de hacer que Celestina hablase y Jesús, como buen caballero no se arredró y dejó este texto en un comentario; texto que no tiene desperdicio y que se merece una entrada para que no pase desapercibido. Que lo disfruten.

Y dice Jesús Plaza:

A la orden de María Antonia (¡que carácter!) y tras pensarlo (obviamente muy poco) he decido que el lugar en que quiero poner a Celestina es el mejor de los posibles, el de su Tragicomedia. Con demasiadas licencias y un sentido cronológico “peculiar”, he construido este texto por el que de antemano pido mil disculpas a Fernando de Rojas y a Jambrina. Espero entiendan que es sólo un juego y en sus conversaciones vía güija no me lo tengan en cuenta y se confabulen contra mí.
Ahí va pues, con la advertencia previa de que tal vez sea un poco largo.

Aunque oí que algunos dicen lo contrario, no quiso el creador que acabasen mis días como los de aquel jovenzuelo a quien perdió un desmedido afán por saber de aquello que tan lejos de sus capacidades se hallaba.
Fue por lana y salió trasquilado como una oveja boba en vísperas del estío. Y es que quiere el cielo y el diablo dispone que a quién en mucho se considere, o demasiado pronto pretenda ser el dueño de sus actos y disponedor de las vidas ajenas, más pronto que tarde su atrevimiento y presunción le acarrean la desdicha fatal.

La Celestina de Picasso

Cierto es que me aproveché de sus ansias para engordar mi bolsa y caro estuvo a punto de costarme el atrevimiento de querer hacer venganza y negocio con los que en esta ciudad y en otras marcan el paso de la danza que se ha de bailar. Tengo ahora por cierto que más se saca de los principales conociendo sus debilidades y con un halago a tiempo que enseñándoles los dientes.

Y aunque soy vieja y mi vista y mis huesos flaquean del tanto tiempo pasado en aquel antro en que conocí al joven Rojas, a quién auguro prosperidad, bien aprendí la lección y hoy tengo por sabio el dicho que reza “zapatero, a tus zapatos”.

Yacen muertos y enterrados el príncipe rijoso, el infame fray deputa Tomás y el verdugo Hilario que les dio salvoconducto y paga para el viaje al otro mundo y les acabó acompañando en la barca de Caronte. Se fue ya el de Deza, buscando el favor de los reyes. Las aguas del Tormes vuelven al cauce que tantas veces abandonan y yo, tras escurrirme por el laberinto de la cueva en medio del tumulto, estoy de nuevo en el Arrabal, y he vuelto al oficio que me enseñó Claudina y del que nunca debí desencaminarme. El que me llena la bolsa y me proporciona de continuo una buena jarra de vino, más que menos abundante y de calidad según quiera la fortuna, con que calentar mis soledades y celebrar el éxito de mis negocios y composiciones.

Y no estoy falta de ocupación ni compañía. Que para lo primero siempre hay eclesiásticos amigos de doncellas con virgos a los que restituir su honestidad, locuras de amor que encauzar y damas que convencer. A más de algún que otro afeite, ungüento, pócima o bebedizo que mi oficio y conocimiento de la madre naturaleza me han enseñado a preparar y alguna voluntad predispuesta siempre me requiere, no sin el punto de esfuerzo que con mi discurso hago para vencer las reservas y ganar las confianzas.
Y si quieren pedirme conjuros, tanto se me da Plutón, como Hércules o Hera, que quien me los demanda, más cuidado de su alma debería tener que yo, simple instrumento de sus intenciones.

En lo de la compañía, gusto rodearme de jovencitas y jóvenes que alegren mi vista maltrecha y me recuerden con su frescura los encantos de mi mocedad perdida, que tantos goces dieron a muchos como a mí alegrías y otros beneficios menos espirituales. No poco consuelo me proporcionan y disfruto de su buena disposición para ser cómplices y aprendices de mis astucias a cambio, por supuesto, de la remuneración con que gratifico sus trabajos como quien gratifica a un hijo; no ha de ser aquella por tanto excesiva a fin de evitar, como hacen las buenas madres, despertar su codicia. Intento vano, a buen seguro, pues los años me han enseñado que la codicia despierta tan pronto como empieza a sonar la bolsa.

Queden pues con Dios los principales, y yo al servicio de éstos para dar remedio a sus debilidades. Ahora me requiere un loco de amor Calisto que, con sólo verla, quedó prendado de los encantos de la hermosa Melibea.

Celestina

Piedra, papel o ebook

Viernes, 28 de Mayo de 2010

Decía Jesús en un comentario que, estaba seguro, aunque necesita su tiempo, de que acabará oliendo, casi “saboreando” tambien en el ebook el sudor agrio y otros efluvios del aterrado converso amenazado con torturas, la variopinta mezcla de olores y colores de las “islas” del mercado Nuevo de San Martín, el olor a rancio de las aulas de las escuelas mayores; y viendo el color, más dorado (supone) que ahora, de la Catedral Vieja y oliendo el incienso de las ceremonias funebres y escuchando el miserere…

Luis García Jambrina nos dejaba este divertimento o parábola futurista (en palabras de su autor) hace unos días. ¿Y si la piedra golpea al ebook?

Tijera o ebook

Piedra, papel o ebook (parábola futurista).

Por Luis García Jambrina

Piedra

Supongo que todos habrán jugado alguna vez a “Piedra, papel o tijera”. Como recordarán, el juego consiste en que los participantes saquen una de sus manos a la vez, mostrando una de estas figuras: el puño cerrado (piedra), la palma extendida con los dedos pegados (papel) y la mano con los dedos índice y corazón formando una uve (tijera). Según las reglas, la tijera vence al papel, cortándolo; el papel, a la piedra, envolviéndola; y la piedra, a la tijera, rompiéndola.

Papel

Como ven, se trata de un círculo y no de una línea ascendente en la que cada elemento tenga que ser sustituido por otro superior. Esto quiere decir que, si algún día el ebook/tijera derrota totalmente al papel (o cultura), la piedra (o barbarie) acabará destruyendo el ebook (o tecnología).


Las imágenes están tomadas de Wikipedia, de la entrada Piedra, papel o tijera

Un libro electrónico en la Cueva de Salamanca

Miércoles, 26 de Mayo de 2010

Recientemente, una buena amiga ha viajado por tierras irlandesas y nos ha traído un ejemplar de un diario local que suele repartirse gratuitamente en la iglesia, la farmacia y otras tiendas del pequeño pueblo en el que se alojó. Esta amiga, sorprendida por el titular, guardó el periódico a buen recaudo y, en cuanto pisó suelo peñarandino lo ha traído a la Biblioteca. Desde aquí, hemos hecho una traducción aproximada:

Una ciudad subterránea esconde algo más que restos arqueológicos. Por John Scoth, para News

Una ciudad subterránea se esconde bajo el suelo de Salamanca, ciudad situada en España, muy popular por su Universidad, y por su plato típico: la tortilla española.

Ocurrió una tarde en que un niño se cayó por una grieta; esta hendidura desembocó en una cueva pintada con símbolos y dibujos extraños,  tapizado su suelo con restos de estatuas, vasijas, ánforas y algunas monedas antiguas pero de apenas valor. Se rumorea que este escenario aparece descrito en una novela: El manuscrito de piedra, publicada por la editorial Alfaguara.

Este periódico ha podido saber que, en el interior de la cueva, en una oquedad húmeda y profunda, se hallaba un libro electrónico con una serie de historias en su interior. Los bomberos que acudieron a socorrer al niño, intrigados, encendieron el dispositivo y tras un sonido agudo y un leve parpadeo de pantalla, apareció ante sus ojos El manuscrito de piedra de L. G. Jambrina.

Este detalle hace sospechar a este diario si la cueva en cuestión no será una recreación (al más puro estilo hollywodiense), que sirva en un futuro como escenario de una posible película basada en las aventuras y desventuras de Fernando de Rojas.  Seguiremos informando y haremos lo posible por enterarnos del casting.

Os dejamos con los paisajes de Irlanda, para que os imaginéis a los parroquianos leyendo el diario a la puerta de la iglesia, o en la panadería…

¿Participar o no participar?, he ahí la cuestión

Lunes, 24 de Mayo de 2010

¿Te animas?

Hay que reconocer que esto del blog tiene su intríngulis, y hasta que lo pillas vas a la deriva entre los post, los comentarios a los post, los comentarios a los comentarios de los post que no siempre se hacen en el post correcto…, aysss!, esto debe ser esa nueva forma de escribir y de leer, no apta para lectores y escritores lineales, de un solo registro, sino para lectores hiper, hipertextuales, interactivos, participativos, comunicativos… resolutivos… Y como el elenco se va ampliando, es un buen momento para recapitular.

Tenemos a los “abajo firmantes”, claramente reconocibles por todos, so pena de que alguien haya usurpado su identidad: Jambrina, Don Luis para algunos; Mª Antonia, que por si alguien no lo sabe, se encarga de mantener la llama bloguera encendida y Javier al que algunos llaman Eutimio al calor de una taza de café. Luego están “Los agrupados”, que se manifiestan puntuales los martes, miércoles y jueves en los talleres de lectura; y “Los reconocibles”, Jesuses, Pilares, Chuses,  Sebas y Chelos, a quien creemos poder poner cara a pesar de lo común de sus nombres. Un saludo muy especial para algún que otro amigo que se ha sumado a la nómina como Natividad desde Urueña, o los madrugadores que rompieron el hielo nada más nacer este blog: Tomàs, Sergio, Ignacio (espero no olvidar a nadie). Y reservo para el final, a Eutimio y Marcial, ¿alguien podría decirme en qué categoría los incluyo?, por no hablar de las presencias familiares como Sofía, madre de nuestro intrépido Indiana y sobrina de Eutimio, amigo a su vez de Satur.

Un consejo, inclúyanse en cualquiera de las categorías o creen otras nuevas, pero no se pierdan la experiencia de participar en este blog, donde nada es lo que parece y casi todo es verdad.

P.D. Soy Flory, inclúyanme en la categoría que prefieran.

Sobre el amor por la lectura y palabras esquivas, 2

Viernes, 21 de Mayo de 2010
Imagen tomada de Wikipedia

Palabras como la sal. Imagen tomada de Wikipedia

Muchas y muy buenas palabras vamos recuperando:

alcándara, aljama, almagre, anatemizado, azogue, beatífica, converso, delaciones, estantigua, estulto, endriago, fámulo, gaveta, herético, hipógrifo, lebrel, marasmo, preeminencia, prurito, oropimente, rejalgar, romadizo, tósigo

¿Qué sería de nosotros sin la palabra? La palabra escrita, la palabra dicha, la palabra que endulza, sazona, aliña.

En uno de los comentarios al anterior post, Jesús nos dice que no sabe si se acostumbrará a que los libros no huelan… y se nos vienen al corazón estas palabras de Alberto Manguel: “El amor por la lectura es algo que se aprende pero no se enseña. De la misma forma que nadie puede obligarnos a enamorarnos, nadie puede obligarnos a amar un libro. Son cosas que ocurren por razones misteriosas pero de lo que sí estoy convencido es que a cada uno de nosotros hay un libro que nos espera. En algún lugar de la biblioteca hay una página que ha sido escrita para nosotros”. Y aún diríamos más. Las historias tienen aromas, sabores, colores, texturas. Después, las enfundamos en papel o en tinta electrónica; ese será su traje. Cuanto más atractivo sea, mejor; cuanto más práctico, cómodo, liviano,  y saludable para nuestros ojos. Así que, hay que probar el nuevo traje, las nuevas formas de presentar una historia.

Y después, decir como Lope:  “Esto es amor, quien lo probó, lo sabe”.

Aguardamos vuestras palabras esquivas, esas que habéis encontrado entre las páginas electrónicas y entre las páginas de papel, de El manuscrito. ¿A qué saben? ¿A sal?

Palabras esquivas

Martes, 18 de Mayo de 2010

Imagen tomada de Wikipedia

Las palabras son alimento, son tan necesarias como el pan, o la sal. Pero hay instantes en que éstas se muestran esquivas; reacias a entregarse, de buenas a primeras, al lector. No hay que desanimarse, sin embargo. Todo lo contrario. Al igual que un amor esquivo, difícil de conseguir, éstas cobran valor a nuestros ojos.

En los Talleres de lectura de la Biblioteca Municipal de Peñaranda, es práctica habitual no amilanarse ante estas palabras casquivanas, caprichosas. Armados de humor, paciencia y un buen diccionario, los lectores las atrapan para compartirlas desde un amor generoso y apasionado. Estas han sido algunas de las palabras esquivas de El manuscrito de piedra; palabras hermosas por lo desconocido, o por su musicalidad, o por el papel interpretado en la trama, o por su significado o, tal vez, simplemente, por su descubrimiento.

Anacoreta: persona que vive en un lugar solitario, entregada enteramente a la contemplación y a la penitencia.

Barbarizar: adulterar con barbarismos una lengua. Convertir algo o alguien en un bárbaro, inculto o cruel.

Cerero: persona que labra o vende cera.

Esquinado: dicho de una persona de trato difícil.

Maestrescuela: Dignidad de algunas iglesias catedrales, a cuyo cargo estaba antiguamente enseñar las ciencias eclesiásticas.

Palestra: lugar donde antiguamente se lidiaba o luchaba.

Solazar: dar solaz, placer, consuelo.

Tordo: Dicho de una caballería: Que tiene el pelo mezclado de negro y blanco, como el plumaje del tordo.

Venablo: dardo o lanza corta o arrojadiza.

Mientras escribimos estas palabras se nos ocurre… ¿y por qué no nos dejan, lectores, sus palabras esquivas que, sin duda, encontraron (o están encontrando, por ejemplo en Urueña), en la novela?

En Zaragoza

Viernes, 14 de Mayo de 2010

Panorámica de Zaragoza

Se falla estos días el Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza. Al premio, convocado por el Ayuntamiento de Zaragoza, con la colaboración de la Asociación Aragonesa de Escritores y la Comisión permanente del Libro de Zaragoza, se han presentado 43 obras de 30 editoriales y parece ser que la entrega del galardón tendrá lugar el próximo 27 de mayo en el Salón de Plenos del Consistorio. Sí se sabe que el escritor francés Jean-Michel Thibaux recibirá el Premio de Honor de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza; pero aún no qué novela será la ganadora de esta edición.

En el 2005, ganó Alfonso Mateo-Sagasta por los Ladrones de tinta, presentada por Equipo Sirius; en 2006, León Arsenal, por La boca del Nilo, presentada por Edhasa; en 2007, E.L. Doctorow por La gran marcha, presentada por Roca Editorial; en 2008, Ben Pastor por Onspiratio. El caso del ladrón de agua, presentada por Seix Barral y en 2009 Luis García Jambrina por El manuscrito de piedra, presentada por Alfaguara.

¿Quién ganará este año?  Jambrina viaja hoy a Zaragoza, pues forma parte del jurado. Ha prometido contarnos quién será el ganador y alguna anécdota, si la hubiere. Así que Luis, lo prometido es deuda…

Proyecto Villa del Libro, Territorio Ebook

Miércoles, 12 de Mayo de 2010

Pedro Mencía, Luis García Jambrina, Javier Nó y Javier Valbuena

Como ya habíamos comentado en este blog, el territorio ebook llega hasta Urueña, donde se desarrollará la segunda fase de investigación en la que participará una veintena de expertos relacionados con el mundo del libro. Desde hoy, y hasta el 12 de julio, libreros y editores leerán el libro de Luis García Jambrina, El manuscrito de piedra, en papel y en formato electrónico.

El acto de presentación tuvo lugar ayer en el Centro e-Lea, con la presencia de su director Pedro Mencía;  de Javier Nó, catedrático de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca y director del Laboratorio Orion Medialab; de Javier Valbuena, director del Centro de Desarrollo Sociocultural de la Fundación Germán Sánchez Ruipérez,  y del autor, Luis García Jambrina.

En estos momentos, está a punto de concluir la primera fase del Proyecto Ebook y Biblioteca en la que han participado cuarenta lectores, mayores de 55 años, de la Biblioteca de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca) . Durante este tiempo, el blog nos ha servido (y nos sirve) de nexo de unión entre los lectores y Luis García Jambrina. A partir de ahora, aquí se respirará, también, los increíbles paisajes y colores de Urueña. Será un lugar de encuentro con sus gentes, con sus lectores. Sed bienvenidos.

Anécdotas de un viaje

Lunes, 10 de Mayo de 2010

Amaneció gris y amenazando lluvia; olía a septiembre y no a mayo; parecía que el curso universatorio iba a comenzar y no a finalizar y que Fray Tomás de Santo Domingo iba a aparecer en cualquier momento (o, en su defecto, Eutimio).

Llovía...

A las 16 h, llovía en Salamanca. Era una lluvia impertinente, por lo constante y fría. A las 16.30 h, los lectores peñarandinos arribamos a una ciudad mojada, pero no inhóspita. Los transeúntes se adornaban con paragüas como bastones y, de pronto, cesó de llover y el cielo comenzó a mostrar tonalidades distintas y cambiantes; ora negras y moradas, ora grisáceas y violetas.

Había un dominico aguardando, paciente y meditabundo, en el claustro del Convento de San Esteban. Nos arremolinamos. La televisión nos acompañaba, y aquello que no empezaba. Sólo fueron unos minutos, pero ¡cuán larga se hace la espera en un momento así! De pronto, un misterioso personaje encaminó sus pasos al encuentro del dominico. Venía vestido con calzas coloridas y un sombrero de raso. Comenzó La Ruta Negra.

El Palacio de Anaya, la Catedral Vieja, el Patio de Escuelas, y la Cruz de los Ajusticiados, desde la que se veía el Puente Romano y el verraco, fueron las paradas de nuestra ruta. Por las calles estrechas de una ciudad sabática, seguimos al dominico serio y al estudiante risueño y bromista. Las gentes nos miraban al pasar, entre divertidos y asombrados, y hubo más de un espontáneo que se sumo a nuestra particular comitiva. Algunos, sólo se quedaron unos minutos, pero hubo quien desde la distancia, no nos quitó ojo. Por el camino, nos encontramos con una boda, con un perro que no paraba de ladrar (tendría ganas de venirse con nosotros), con unos chiquillos que correteaban y lloraban y aplaudían y jugaban… cosas del directo.

Este estudiante...

Tan entretenidos estábamos que ni nos dimos cuenta de que aquello se acababa, que se estaba terminando. En la Cueva de Salamanca, menudo susto, ¡vive dios! El dominico, que no era tal, sino el mismísimo diablo con cuernos y todo, venga a lanzar venablos (qué carácter) ¡y para el fondo de la Cueva que se llevó al incauto del estudiante! Menos mal que no hizo lo propio con alguno de nosotros, porque según explicó, necesitaba almas inocentes (sería de más mérito y aprovechamiento. Él y el infierno se lo perdieron). Los actores, bravísimos. (Qué miedo).

Y detrás, Jesús

Iniciamos otra ruta, y es que no paramos, fue una tarde provechosa. Los cámaras de televisión y el fotógrafo no se perdieron ni un minuto de metraje, ni un plano, ni una instantánea. De vez en cuando, una gota de agua despistada nos mojaba la punta de la nariz o el flequillo, pero afortunadamente, no pasó de ahí. (Será que alguien, un tal Eutimio y su señora, supieron encomendarle bien nuestra excursión a Las Claras. Aunque también aquí hubo quien pidió y dio unos huevos para que el tiempo nos fuese propicio a nuestros afanes). No pasó de ahí, pero eso hacía que, de vez en cuando, algún paragüas se luciese y, así, pudimos contemplar al mismisimo Cielo de Salamanca que giraba a nuestro alrededor.

Dejémonos de florituras y metáforas. Iniciamos otra ruta, la llamada Ruta del Ebook, compuesta de dos etapas. La primera de ellas, tuvo lugar en el Huerto de Calixto y Melibea. En él, Michel Núñez nos sorprendía con la música de su guitarra y en él, Jesús Plaza y Nieves Prieto leyeron sus elogios al vino (de La Celestina y del Tintorro en El manuscrito). El viento. Ahora, hacía viento. El viento que movía las ramas de los frutales y hacía que volviera a llover, ahora alguna hoja mezclada con agua dulce de lluvia. Quedó hasta poético. Y esa destreza con los micrófonos y con los libros digitales. Muy bien.

Escuchamos música en el Huerto de Calixto y Melibea

La segunda, fue muy cerca del verraco, de espaldas a la figura de El lazarillo y el ciego. Los golpes que recibieron allí Lázaro y Fernando de Rojas se merecían sendas lecturas, y así fue como Mayte Alonso y Cati Carretero nos hicieron escuchar unos fuertes ruidos dentro de nuestras cabezas (¿sería la tormenta, que inexorablemente, se acercaba?) Michel, de nuevo, nos acompañó con dulces acordes. Terminamos, y satisfechos aunque agotados por lo intenso de nuestra expedición, nos decidimos a visitar las cafeterías de Salamanca para reponer un poco nuestros cuerpos cansados. Hubo quién tomó chocolate caliente. Hummm.

El Conferenciante y el Reventador

Andando el tiempo nos encontramos de nuevo en La Cueva de Salamanca. Fotos y risas, los cámaras colocándose, nosotros, impacientes. Un hombre vestido de negro y con foulard gris al cuello (qué elegancia renacentista) comenzó a disertar sobre la novela El manuscrito de piedra (¡que la hemos leído ya!). Todos callados, y de pronto, ¡un Reventador! Uno de esos que tienen por oficio (parece ser) reventar actos públicos. Él iba vestido de blanco y, de nuevo, otro foulard pendía de su cuello (¿era moda entonces). Aunque este buen hombre se tocaba con un sombrero. Lo cierto es que quedaban muy bien uno de negro y otro de blanco. Pero, ¡cuán equivocado estaba el señor de negro! (esto parece una película. Vamos a llamarle, el Conferenciante). El Reventador le mostró cómo liberar la ciudad oculta, sumergida (con una pala, claro, estamos en el siglo XV) y así, Salamanca, apareció a nuestros ojos sin doblez, más sabia, más hermosa. Cuando terminó la obra de teatro, fue cosa de ver a los actores leyendo en los libros digitales. Sesión de fotos, como no podía ser menos.

La tarde caía y las nubes oscuras no habían dejado que la lluvia cayese sobre nosotros. Aún nos quedaba un tiempo, que algunos aprovecharon para recorrer la Feria del Libro en la Plaza Mayor; otros para tomarse otro café (u otro chocolate) y otros, para entablar amistad con propios y extraños.

Sobre las 20.30 h, los lectores peñarandinos se subieron al autobús para regresar a Bracamonte, en Peñaranda. De pronto, comenzó a llover.

Rutas por la Salamanca de los siglos XV y XXI

Viernes, 7 de Mayo de 2010

Apenas restan unas horas para que un grupo de cincuenta y cinco lectores peñarandinos lleguen a Salamanca, a lomos de un caballo metálico. (Se aconseja comer y descansar bien en los hogares para llegar con el ánimo fresco y la mente abierta).

A las 16.30 h, aguardarán (imaginamos que impacientes) en el pórtico del Convento de San Esteban, un dominico de casi seiscientos años y un estudiante novato de cinco siglos y pico, década arriba o abajo (de ahí la impaciencia. Estamos en el siglo XXI). Uno y otro conversarán e iniciarán una caminata que, a semejanza de las pesquisas de Rojas en El manuscrito de piedra, les llevará a la Catedral Vieja, al antiguo Colegio Mayor San Bartolomé, al Patio de Escuelas, a la Veracruz, a Libreros, a la Cruz de los ajusticiados… en un recorrido lleno de historia y de literatura, de secretos y ocultos misterios. Los lectores serán espectadores de excepción en este camino a través del siglo XV.

Estarán ya cercanas las 18 h, cuando en nuestra particular máquina del tiempo unamos siglo XV y siglo XXI. Y lo haremos a través de la Ruta del ebook, una ruta en la que recrearemos ciertos pasajes de Lázaro de Tormes y de La Celestina y, por supuesto, de El Manuscrito. Y es que tanto Lázaro como la Celestina son dos de los personajes que fluyen por sus páginas. A veces, de forma explícita y otras… insinuandose, dejándose ver u oír en ciertos párrafos, en ciertas frases.

El verraco. www.rutadelaplata.com

En el Toro de Piedra, en el Puente romano, es por donde Lázaro sale de su ciudad natal para iniciar su particular camino de aprendizaje. Fernando de Rojas, entra en la ciudad del Tormes para iniciar sus estudios. Uno y otro tienen la misma experiencia en ese lugar, con ese animal fabuloso, toro o… verraco. Serán los dos golpes de sabiduría que leeremos a través de los dispositivos electrónicos, con las voces de Mayte Alonso y Cati Carretero.

En el dulce Huerto de Calixto y Melibea, uniremos La Celestina y El Manuscrito de piedra para solazarnos con el vino y la vida. Celestina hará su particular loa al vino, poderoso reconstituyente. El Tintorro, comerciante en paños y natural de Béjar, hace lo propio en un exquisito elogio al vino con resonancias celestinas. El vino, la literatura, los libros digitales y los lectores Jesús Plaza y Nieves Prieto, dando vida a las palabras.

En este momento, las 19 h habrán llegado en un suspiro, y todo el grupo nos dirigiremos hacia los restos de la Iglesia de San Cebrián, lugar en el que se cree estuvo hogaño la mítica Cueva de Salamanca. Allí, asistiremos a una obra teatral en un acto, un Viaje al fondo de la Cueva, en el que un conferenciante nos explicará lo que sucedió al finalizar la novela de Jambrina. Esperemos que no esté por allí un Reventador cualquiera, uno de esos que no tienen otra cosa que hacer que reventar cualquier acto público que se le ponga por delante…

Y en torno a las 20 h, minutos abajo o arriba, los lectores peñarandinos retornarán a su lugar, la tierra de Peñaranda de Bracamonte, es de suponer que en el trayecto de ida no faltarán las canciones y los comentarios, y quizás, sólo quizás, se pregunten quién era ese personaje que aparecía y desaparecía en todo el recorrido…

Y sepa usted, don Eutimio, que está invitado.

Los guiones de la Ruta Negra y del Viaje al fondo de la Cueva, son de Luis García Jambrina. Este viaje literario ha contado con el apoyo y patrocinio del Ayuntamiento de Salamanca, a través de la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y la Sociedad de Turismo y Comunicación, y de Canal 8 Castilla y León. Agradecemos la colaboración, el trabajo y la buena disposición de todos ellos.