Salamanca, 3 de febrero de 1498. La noche cae y gentes de vivir avisado transitan por callejas, plazoletas, travesías y páginas de la segunda novela de Luis García Jambrina. En la tarde de ayer, se anunciaba una exclusiva, una sorpresa. No era otra que ésta, el autor, tras un animado debate con sus lectores sobre personajes, tramas y argumento de El manuscrito de piedra, alzó la voz y compartió con las cien personas que se encontraban en el Teatro del Centro de Desarrollo Sociocultural el primer capítulo de la que será su segunda novela, cuya aparición está prevista en invierno de 2010.
El protagonista, Lázaro de Tormes, mozo que mora en el Mesón de La Solana, vivaracho y despierto, de alma hambrienta y manos y pies veloces. Ya en el primer capítulo, un enigma. Dice Jambrina, que en esta novela prima más la ficción que la historia, la trama negra que la histórica. Intriga, historia y mujeres (tan escasas en la primera parte) que en esta segunda, cobran especial protagonismo.
El encuentro fue intenso y vivido con expectación. Al finalizar, los cuarenta lectores que están participando en el proyecto Jambrina, de la piedra al ebook, dentro del programa Territorio Ebook, lecturas sin fin y que han leído su novela en papel y en dispositivos electrónicos, fueron a cenar con el autor al Restaurante Las Cabañas. En una velada tranquila, aderezada con las notas de música de la época, los lectores y el autor degustaron la cena, de acuerdo al siguiente Menú:
Cena con Luis García Jambrina. Restaurante Las Cabañas, 27 de abril de 2010
No hay mejor aderezo para alegrar una conversación con los amigos que una buena comida (…) El manuscrito de piedra, Luis García Jambrina. Madrid, Alfaguara, p.182
Esta noche nos alegraremos los sentidos con los sabores y las texturas de una fina Crema de guisantes y espinacas. Dicen que es ave caprichosa y feliz, y a fe nuestra que la Ensalada de perdiz nos ha de dejar el ánimo contento, preparado para compartir sensaciones y palabras. Pero, ay, la incertidumbre de elegir entre una Carrillera de buey estofada o Bacalao Tía Pacheca. Lo mejor será dejarse llevar por la primera intuición o por el comensal de al lado, siempre y cuando su gusto sea prudente, pero no medroso. Regaremos la carne o el pescado con un Vino Bañustes Tierra de Castilla que lucirá en nuestras copas, blanco, amigable. Entre plato y plato, hablaremos y las sonrisas aparecerán pronto, endulzando nuestras bocas como la Tarta de praliné y el Marc de Cava. Si de pronto notásemos que la dulzura es un tanto excesiva, acudirá en nuestro auxilio un frío y suave Helado de rosas y vainilla.
Es el momento del Café para los que deseen permanecer atentos a las últimas conversaciones o el de las Infusiones para los que quieran serenar el organismo entero. Y todo culminará cuando la mano diestra del escritor dibuje su firma de autor en nuestros ejemplares de El manuscrito de piedra.
En Peñaranda, a veintisiete días del mes cuarto, en el décimo año del siglo vigésimo primero
Y la noche cayó en la ciudad, como la promesa de una nueva historia…