Soñar agosto

Pinocho, pertrechado para El Camino

Peñaranda en agosto es otro mundo. Las terrazas se llenan, toca hacer cola en los comercios y el paisaje se puebla de rostros no del todo desconocidos, pero no habituales. Da gusto ver cómo la ciudad se esponja como el merengue de una tarta. Los jóvenes salen con la algazara habitual; los adultos se saludan y se abrazan (cuánto tiempo, sí, desde el año pasado) y los niños siguen jugando y leyendo con las pistas que va desmenuzando un Peregrino Misterioso que tiene mucho de Oca y que se ha ido a hacer El Camino, hala, por esos mundos de dios. Ten cuidado, oquita, no te vayas a hacer daño… Ya, si ya sabemos que los chavales te cuidan, que no te dejan ni un momento, que hasta la mascota de la Biblioteca (sí, nuestro querido Pinocho) te acompaña en la distancia virtual, pero no te confíes. No vayas a caer en el pozo o en la cárcel por andar en malos pasos. Ojo.

Donde veranean los libros

A la Bibliopiscina se han ido a vivir unos libros especiales que en inglés se llaman ebooks. (Hay que ver, lo que hace el idioma). Nada, nada, están tan a gusto que no piensan regresar hasta septiembre. Es su veraneo, de lujo, al ladito del agua sobre un mar verde de hierba fragante. Hummmm. Hay otros lectores de libros electrónicos (máquinas) que se han quedado castigados en la Sala de adultos. Bueno, castigados, castigados, lo que se dice castigados, no. Porque sabemos de buena tinta electrónica que hay lectores (personas) que se los llevan de paseo en unas bolsas rojas muy molonas y, lo mismo pasan las tardes en un salón confortable como que se van al parque o a tomar un vino. Así que, en cierto modo, también están de vacaciones.

Bolillos, para trenzar sueños

Y es que agosto es un mes en el que a la gente le da por reunirse, encontrarse, conversar y pasarlo bien, y así, el sábado 7, encajeras de toda España se citan en nuestra ciudad para demostrar su buen hacer en el VII Encuentro de Encajeras, organizado por la Asociación de Encajeras de Peñaranda, el Ayuntamiento de Peñaranda y el Centro de Desarrollo Sociocultural.   Y luego, a darse una vuelta por la exposición Hábiles de Tierra de Peñaranda, porque en Bracamonte y aledaños hay artesanos con mucho arte.

¿Qué tiene de especial agosto? Uf. Un montón de cosas; pero la más sobresaliente son las Ferias y Fiestas. Música (seguro que canta nuestra Coral Tierra de Peñaranda), gastronomía (no se pierdan el Concurso de Pinchos por los más que recomendables bares de Peñaranda), conversaciones hasta las tantas, bullicio y jolgorio. En medio, el tradicional Mercado de Ferias, el jueves 19, con sus chollos habituales (en plenas rebajas) y la fruta y verdura: sandías rojas, melones jugosos, tomates tímidos, lechuguinos desvergonzados, calabazas sin contemplaciones… y el Mercadillo de Libros de la Biblioteca Municipal. Los tenderetes (adornados con guirnaldas y carteles de colores) son atendidos por bibliotecarios y personal del Centro de Desarrollo Sociocultural y  se venden revistas, deuvedés, discos, libros, etc., a precios populares. Lo que se recauda es para renovar el fondo de la Biblioteca Municipal, que siempre es bueno airearse y ofrecer novedad. Y todo, con una gran sonrisa y buena música, para echarse un baile mientras se revuelve en la sección de novela histórica o se deja uno llevar por la novela romántica, porque el amor en verano surge a la menor ocasión.

Un momento intenso en el Mercadillo

En agosto, este blog deja de publicar.  Se quedará mirando al cielo con los pies en la tierra, tomará aire y pensará, leerá, verá cine, moverá el esqueleto (sí, los blogs también tienen) … en definitiva, se dará un respiro.

Volverá en septiembre, antes de que los árboles se desnuden, con el aroma a nuevo curso escolar. Hasta entonces, felices lecturas y felices días.

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