Ésta era la calle qué buscábamos. Más que calle, sitio recoleto que sirve, a veces, de escenario a un trovador de este su siglo. Y éste fue el enigma propuesto: Sabrán vuesas mercedes que hogaño las calles de Salamanca eran oscuras y desapacibles, iluminadas apenas por unas lamparillas que emitían una luz temblorosa (y que no se encontraban, ni de lejos, en todos los rincones). Los estudiantes y otras gentes [...]