El lector insólito digital

Posted on Viernes, abril 1st, 2011 at 7:33

Acabamos la semana, pero iniciamos mes, abril, el mes del libro, de las palabras, de la literatura infantil. Abril nos gusta. Abril es un montón de días que parecen pétalos, cada uno con un matiz, con un color único.

Mañana es el reencuentro con Daniel Monedero y Óscar T. Pérez, en el CILIJ de Salamanca, a partir de las 11 h. Mañana, nos leeremos las sonrisas y nos recordaremos aquellas cosas originales, excepcionales, maravillosas (que han sido muchas, por fortuna) que nos han pasado desde el 21 de enero.

Mañana, el Día Internacional del Libro Infantil y Juvenil, 20 niños de Peñaranda viajarán hasta Salamanca, y allí, en el CILIJ, los aguardarán otros 20 niños, así que… lo celebraremos como se merece. Rodeados de niños, autores, en una biblioteca, hablando, compartiendo.

Y, para ir abriendo boca, este relato de Monedero con una deliciosa ilustración de Pérez. No puede ser de otro modo, ya que a lo largo de estos meses, nos hemos convertido todos (autores, niños, bibliotecarios, colaboradores…) en auténticos lectores digitales insólitos.

¿Quién es realmente este lector?

El lector digital es un lector insólito, todavía descocido para muchos, que para los más tradicionales provoca desconfianza y que es visto como una especie extraña, casi exótica, como un dragón de Komodo  o un pájaro mosca.

Pero ¿quién es realmente el lector digital? ¿Es un ser insólito? Puede que sí y puede que no. También puede que sepa cocinar. Pero también puede que no. Pero esto último nos da igual. Lo que nos importa es que el lector digital acumula miles de libros es un su ebook o en su tableta, y lleva toda su biblioteca en su mochila, en un bolsillo del pantalón o en la mano derecha. O si lo prefiere en la mano izquierda. O incluso encima de la cabeza, debajo del sombrero. El caso es que lleva toda una biblioteca encima. ¿Puede haber algo más insólito que eso? ¿Puede haber algo más maravilloso que una biblioteca portátil? ¿Puede existir algo más fantástico que una biblioteca que puedes llevarte contigo a caminar por el mundo? Es tan extraordinario que incluso parece que podría tratarse de un relato de ciencia ficción. Pero no. Es real. Es tan real como una mandarina o como una goma de borrar. Tan real como una zapatilla de cuadros o Disney Channel. ¿Y qué tiene de bueno llevar una biblioteca entera en un solo libro? Pues que siempre tienes un libro a mano para cada momento. Que si tienes una tarde que te apetece vivir aventuras y surcar el océano y abordar barcos y recalar en islas desiertas, sólo tienes que echar mano en tu libro digital a una novela de Robert Louis Stevenson, o de Jack London; pero si tienes una mañana en la que te apetece leer poemas, saltar de verso en verso, refugiarte en un soneto, pues sólo tienes que buscar entre los volúmenes de poesía de tu libro digital a poetas como Luis Cernuda, García Lorca, Antonio Colinas, Giacomo Leopardi o el que a ti te guste más; que lo que quieres es disfrutar de palabras que dialogan con imágenes, que lo que te apetece es una historia contada a caballo entre el abecedario y los lápices de colores, pues puedes buscar en tu archivo digital álbumes ilustrados como los de Maurice Sendak, los de Arnold Lobel o incluso los de dos tipos insólitos y extraños llamados Daniel Monedero y Óscar T. Pérez.

Sin duda, el lector digital es un lector insólito porque lleva toda su biblioteca a cuestas; lleva encima un libro para leer en lo alto de una montaña, en la ribera de un río, o en una calle de París de cuyo nombre prefiero no acordarme, porque no me acuerdo. Tiene un libro para cuando viaje en barco, en dirigible, o en bicicleta.

─ ¿Se puede leer en una bicicleta?

─ Si es otro el que conduce, sí.

El lector digital tiene un libro para ocasión, para cada medio de locomoción, para cada lugar público, para cada lugar privado y para cada estación.

─ ¿Para cada estación de tren?

─ No, para verano, invierno, otoño o primavera.

─ Ah.

El lector digital insólito lleva una biblioteca a cuestas, y eso es una suerte que yo no tengo, que no soy todavía lector digital, aunque insólito lo soy un rato largo, largo como Pau Gasol. O más. Porque él no es largo, es alto. Pero me desvío de tema y el tema es que el lector el insólito lleva una biblioteca a cuestas, y yo no. Porque si yo llevase mi biblioteca a cuestas necesitaría dos coches de caballos, dos coches sin caballos, tres forzudos y una caravana de circo. ¿De qué circo? Da igual, de un circo con muchos carromatos porque tengo muchos libros en mi habitación. En cambio, eso es un problema que no tiene el lector insólito digital. Y por eso yo le envidio, yo le aplaudo y creo que sin dejar de comprar mis libros físicos, que son mis amigos de toda la vida, que son mi familia espiritual, que son las verdaderas paredes de mi casa, voy a unirme al club de los lectores digitales. Porque llevarme mi biblioteca al Polo Norte es algo que nunca pude soñar, porque llevarme mi biblioteca mientras navego por el mediterráneo es lo más insólito que jamás pude imaginar.

Eso es lo que yo creo. ¿Y tú?

Tags: , , , ,

Comentarios (3)

  1. Pablo dice:

    Es una historia fantástica. Espero que este último encuentro sea fantástico.

  2. Berta dice:

    Es de lo mas interesante, me recuerda al principito. XD

  3. Ana dice:

    Soy la hermana de Pablo. A mi también me gusta tanto leer como a este lector. Me gusta mucho el iPad de mi hermano. Que os divirtáis con el libro Artistas insólitos, que es muy interesante.

  •        
    FGSR CILIJ CDS CITA Lectura Lab